Había una vez dos niños: Sebastián y Camilo que desde el inicio de sus vidas eran grandes amigos, pero de repente surgió un reto que pondría a prueba sus lazos de afecto.
En el colegio donde ellos estudiaban planearon una actividad en la cual cada estudiante debía llevar una mascota para presentarlas en clase, Sebastián llevo su perro y Camilo su gato. Ya en el salón, analizaron las características de cada uno y se dieron cuenta que tenían grandes diferencias ,pues a Sebastián no le agradaban los gatos y Camilo detestaba los perros, se dijeron uno al otro somos tan diferentes, sin embargo tan buenos amigos; Alejandro un compañero , que era un poco agresivo hizo un comentario en el que se afirmaba que cuando se pensaba diferente se debía ser enemigo y los incitó a pelearse logrando así su propósito ,pues los indispuso de tal manera que terminaron peleando, esta circunstancia les permitió comprender que no eran tan amigos der verdad.
La profesora los vio discutir y les dijo que el hecho de no ser iguales no era motivo para ser enemigos, les pidió que miraran a su gato y a su perro que aunque lo que se cree es que se deberían odiar son muy amigos. Reflexionaron se miraron uno al otro y se dijeron no debemos pelear por comentarios de los demás, pues todos pensamos diferente y eso no es razón para pelear, ahora nada nos podrá separar, se abrazaron y se prometieron continuar manteniendo su amistad.
Dana Olaya. Curso 601 j.m