Japón se caracteriza por su capacidad de adoptar influencias extranjeras. Allí nació la industria del ocio que evolucionó hasta convertirse en parte de la identidad japonesa moderna. Es así como el anime, el manga, los videojuegos entre otras formas de entretenimiento, surgieron como vía de escape del estrés de la vida moderna en un país rígido por las estrictas normas sociales.
El termino manga originado en Japón se refiere a historietas o novelas gráficas; el anime por otro lado, se refiere a las animaciones de estas historietas. En el siglo XVIII, manga, también se utilizaba para designar las obras del pintor Hokusai, que mezclaban imágenes y texto, su inicio data del año 1947 con Tezuka Osumu, un médico quebrado, con su obra más famosa ASTRO BOY.
Estas historias no están dirigidas a un solo tipo de público, ya que poseen un contenido muy variado; por ejemplo, el kodomo para el público infantil, el shonnen para los chicos y el shojo para las chicas, seinen para los adultos (hombres) y josein para las mujeres.
Así como las formas de entretenimiento, las temáticas que les dan sentido son muy variadas, puede haber tanto fantasía como realidad; romance o terror y todo lo que hay en medio. A pesar de esta cierta confusión de géneros o temáticas la mayoría están conectadas con el pasado.
A quienes les gusta este ocio de forma moderada y no viven en Japón se les llama otaku (お宅), que se refiere literalmente a casa o familia; no obstante, hoy se asigna este término para referirse a una persona rara o extraña. Si viven en Japón y ocupan su tiempo en esta forma de entretenimiento se les denomina de igual modo, aunque a veces son rechazados y sufren de bullying.
Aun así, cada vez más personas, tanto japonesas como extranjeras se suman a esta comunidad que ha ido creciendo desde sus primeras manifestaciones en el siglo XVIII hasta la actualidad. Este es el arte que eleva el espíritu, con la finalidad de entretener a aquellos que disfrutan de estas ilustraciones plasmadas en un papel.
Julieth Triana 901 J.M