Emplear las potencialidades de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, interdisciplinariamente, construyendo experiencias pedagógicas motivadoras bajo el contexto de “ambientes de aprendizaje” (Guardia, 2015, p. 28), en escenarios o tecno-ambientes (Levy & Morín, 2004), además de favorecer el aprendizaje de los estudiantes en especial su autoaprendizaje, con el fin de integrarlas (no rutinizarlas) al diario del aula de clase como “herramientas para la vida”; conquistará el verdadero sentido, valor e importancia de dichos recursos que forman parte inseparable de muchos de nuestros estudiantes.
Palabras clave: ambientes de aprendizaje, tecno – ambientes, b-learning, e-learning, internet, pedagogía, tecnología, educación, propuesta pedagógica.
Podríamos decir, hoy día los artefactos tecnológicos: celulares, tabletas, computadores, etc., han “enganchado” a muchos adolescentes y a un considerable número de mayores. Los unos y los otros desconocen sus variadas potencialidades, como en la actualidad a muchos colegas, que no han querido o no han tenido la oportunidad de escudriñar como pedagogos del siglo XXI sus beneficios o retos porque se rutinizo su funcionalidad o porque persiste el recelo de utilizarlos.
Este reto fue ejemplarmente planteado por nuestro benemérito científico, el neurofisiologo colombiano, director del “Neurolab” de la NASA, Rodolfo Llinás Riascos: “El futuro de Colombia va a estar profunda y directamente relacionado con la capacidad que los colombianos tengamos de organizar la educación; la hija de la educación: la ciencia; y la hija de la ciencia: la tecnología. Sin la menor duda, este entrelazamiento será uno de los ejes principales del futuro de nuestro país en el siglo XXI” (Llinás, 1993); y diríamos del mundo.
Si el trabajo se desarrolla en un ámbito escolar motivador de manera integral, interactivo, innovador, con una retroalimentación permanente, es decir didácticamente planificado (Villalobos, 2015, pp. 168, 197), construiremos excelentes ambientes favorecedores de procesos educativos (Ver cuadro No 1). Con una perspectiva integradora de la dinámica del pensamiento, de la disciplina objeto de estudio y de las interacciones personales, mejoraremos la calidad educativa dado que estamos suministrando requerimientos tanto para la adquisición, como para la construcción de nuevos conocimientos, así como habilidades y destrezas que a la vez forman parte de las competencias que se requieren en la cotidianidad de la vida (Gallego, 1999, pp. 12, 20,24). Aprovechar los ambientes de manera crítica y constructiva, en donde la retroalimentación, forma parte de dichos procesos, dada la incertidumbre que tienen los estudiantes, habidos de experiencias innovadoras y consumidores activos d la tecnología pero desconocedores en la mayoría de los casos del potencial de esta “tecnosfera” y sus potencialidades.
PROCESOS PEDAGÓGICOS
| Procesos
Prerrequisitos Y permanentes |
Procesos Cognitivos | Procesos
Afectivos de Formación de |
Procesos
Volitivos Capacidad de |
Procesos
Psicomotores Formación de |
| Motivación
Observación Atención Percepción Imaginación creativa Memorización lógica |
Conceptualización
Comprensión Análisis Síntesis Generalización |
Sentimientos
Emoción Pasiones Actividades Valores |
Elección Decisión
Acción por motivos Relacionales y con base en valores y socialmente |
Habilidades
Destrezas
Hábitos |
(Fuente: Oviedo y Ramírez).
Descripción de la propuesta pedagógica:
Diseñar y poner en “escena”, en el aula, ambientes de aprendizaje, con una visión metodológica de interdisciplinariedad (Murcia & Tamayo, 1982), en donde el “Yo” colectivo apunte a un reto, necesidad o problema, favorece los procesos educativos. Con ellos también se da la adquisición de conocimientos, la conceptualización y la generalización, la ejercitación y la práctica; el análisis y la síntesis, dada la motivación y la percepción que los jóvenes desarrollan a través de potenciar sus habilidades y destrezas con el uso de las tecnologías a su alcance (Levy, Morín, 1981).
Todo contexto educativo se debe caracterizar por ser organizado, formativo, relevante y con múltiples retos e innovaciones, en otras palabras elaborado pedagógicamente (Villalobos, 2012). En los “ambientes de aprendizaje”, escenarios o tecno – ambientes el material presentado debe poseer significatividad lógica, promoviendo la curiosidad, indagación y los retos; es aquí donde las nuevas tecnologías amplían dichas posibilidades. Dentro de las ventajas están que los estudiantes no se intimidan y aprenden con el error, teniendo a su favor conocer el entorno con la posibilidad de descargarlos en sus celulares o tabletas. También con otras ventajas de no verse cohibidos, ni avergonzados en los posibles errores que puedan cometer, teniendo a su favor “manejar” el entorno, dado que se van apropiando al descargarlos en sus celulares y tabletas.
En el trabajo con los escenarios o tecno-ambientes, utilizando los computadores, las tabletas (Tablet) o los celulares, se realizan las actividades propuestas, seleccionadas y significativas, enriquecidas por la navegación real o “virtual”, donde se hace uso de los múltiples recursos y posibilidades que hay en la red de redes internet, a fin de integrarlos a los contenidos curriculares del grado y de las áreas respectivas, complementando o motivando el trabajo con las potencialidades de dichos ambientes.
La pregunta central de la propuesta: ¿Construir ambientes de aprendizaje o tecno -ambientes, favorece el aprendizaje de nuestros estudiantes; cuando los elaboramos con una metodología de trabajo interdisciplinario teniendo en cuenta la complejidad de la escuela y la nueva cultura del siglo XXI?”
En primera instancia partimos de la urgencia como plantea Morín (2011), a la UNESCO de un nuevo concepto de educación del futuro y la necesidad educar en el contexto del “pensamiento complejo”. En dichos saberes se plantea la necesidad de educar en la incertidumbre social y cultural, como es el impacto de todas estas nuevas tecnologías sobre la vida de las personas, nuestros estudiantes, nacidos en el ambiente de las Tic, pero sobre todo en las relación que se generan entre ellos (con la tecnomania) y la nueva visión global del planeta. Por ello tanto los contenidos académicos, currículos y trabajo de las áreas se deben ajustar a estos retos (u oportunidades para la nueva pedagogía), en la educación de hoy y del mañana.
Por otra parte, integrar el “E-learning o el B-learning” bajo la modalidad de este enfoque metodológico y un enfoque temático o centrado en el contenido (Cabero, 2006), con la clase tradicional es un reto tanto para los estudiantes como para los docentes. Dado que el objetivo central es el autoaprendizaje – guiado y el conocimiento, que no es solamente una “construcción simbólica de la mente sino una acción que se ejerce recíprocamente con el contexto, es decir las experiencias del agente cognitivo, en concordancia con la dinámica de auto-organización de patrones de orden y de caos” (Maturana, 1994); junto a sus entornos y escenarios, donde la complejidad requiere de la creación de verdaderos ambientes de aprendizaje pedagógicamente construidos (Villalobos, Elvia. 2012).
Perea (2014) expresa: “Un ambiente pedagógico es un entorno en el que se establece una serie de situaciones de aprendizaje en las que se da una efectiva interacción entre un facilitador, y los estudiantes, que van construyendo poco a poco conocimientos por medio de los recursos y sus estrategias diseñadas y adecuadas para poder lograr su aprendizaje en una forma didáctica entre el objeto de estudio y el maestro”.
Los procesos aquí expuestos deben ser sustentados en el logro de dichos planteamientos y han sido formulados por pedagogos entre otros, como Oviedo y Ramírez. Por ejemplo, en los procesos psicomotores y de formación, favorecidos en los ambientes de aprendizaje o tecno – ambientes, se dan con las nuevas tecnologías en habilidades, destrezas y hábitos. Para ello se deben trabajar interdisciplinariamente como una estrategia educativa, sin descuidar como es obvio lo primordial: el “ser humano”, su sensibilidad y su realidad (Salomón, 1993). De igual manera es esencial contar con los tiempos y los recursos necesarios, factores que también marcan la calidad educativa y que está presente en nuestros contextos escolares, donde se ha subestimado un valioso pilar del sistema: “el recurso humano”, que también se está apropiando de las tecnologías, como se esperaba en el plan propuesto en otrora la “Comisión de los Sabios” al gobierno de turno y que hoy es una realidad en nuestras instituciones.
Para finalizar, es importante mencionar algunas de las preguntas de los ejes centrales planteados por dicha Comisión de Sabios, en lo que hacía referencia al futuro de nuestro país: “¿Cuál es el punto más importante que hay que tratar? Tenemos que encontrar los conceptos y los marcos que permitan que la ciencia, el desarrollo tecnológico y la educación formen una estructura que se entienda como relevante para la sociedad en general. Lo básico es establecer tales marcos a todos los niveles, desde la escuela primaria hasta lo concerniente a la maquinaria política. Se requiere que se entienda en detalle: ¿Qué son y para qué sirven la educación, la ciencia y la tecnología? Se requiere, para empezar, una definición estricta de los marcos referenciales en los cuales se podrían organizar los esfuerzos en las anteriormente mencionadas áreas de la actividad humana” (Llinás, 1993). Pero: ¿Dónde están los marcos de referencia para la aplicación de la tecnología? pues, en la misma Constitución Política Colombiana y en la Ley General de la Educación, en sus fines; algunos en relación al tema planteado son: “
- La adquisición y generación de los conocimientos científicos y técnicos…
- El acceso al conocimiento, la ciencia, la técnica y demás bienes y valores de la cultura…
- El desarrollo de la capacidad crítica, reflexiva y analítica…
- La formación de la práctica del trabajo, mediante los conocimientos técnicos y habilidades, así como en la valoración del mismo como fundamento del desarrollo individual y social.
- La promoción en la persona y en la sociedad de la capacidad para crear, investigar, adoptar la tecnología que se requiere en los procesos de desarrollo del país y le permita al educando ingresar al sector productivo “.
En suma como se expuso sabiamente en la instalación de aquella Misión la importancia crucial es al estímulo a la creatividad. La que a diario realizan en nuestras aulas y en el trabajo escolar muchos maestros. El árbol de los conocimientos “es precisamente el conocimiento de dicho proceso de aprendizaje”, sabiamente expresado por Maturana y Varela, en el libro con dicho nombre. Análogamente podremos afirmar que se hará realidad ese árbol del desarrollo social y económico, citado en la Misión: “…sólo puede arraigar y crecer frondoso si tiene como fundamento el desarrollo tecnológico y el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros compatriotas. Estos, a su vez, no lograrán este objetivo sin contar con la investigación, la ciencia y la tecnología, y sin una reorientación de la educación para que en ella primen el dominio de la ciencia y el estímulo a la creatividad” (Gaviria, 1993).
Referencias
- Guardia, Andrea (2015). Ambientes de Aprendizaje. Secretaria de Educación de Bogotá.
- Levy, P y Morín, E. (2004). Las tecnologías de la inteligencia. Revista. UNA
- Perkins, David. (2008). La Escuela Inteligente. Gedisa.
- Gallego, Rómulo. (1999). Competencias cognitivas. Magisterio.
- 5. Murcia, J. Tamayo, M. (1982). Investigación e interdisciplinariedad. USTA.
- Levy, P. y Morín, E. (1981). Las tecnologías de la inteligencia.
- Villalobos, Elvia. (2012). Didáctica Integrativa y el proceso de aprendizaje. Trillas.
- Morín, Edgar. (2011). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Magisterio.
- Salomón, Gabriel. (1993). Cogniciones distribuidas. Amorrortu editores.
* Profesor José Ramiro Giraldo García
Licenciado en Ciencias de la Educación
Especialista Informática Educativa
Tutor E-learning
Ex alumno Doctorado Internacional en Educación. Paz y Derechos Humanos.
